Ayer vi Un cuento chino, excelente película argentina, dirigida y escrita (guión) por Sebastián Borensztein. Me gustó muchisimo el relato, y la síntesis que logra el final, redondito, pero no trillado. El protagonista, tiene por hobbie coleccionar noticias insólitas, en una escena de la película, él le dice al chino co-protagonista que nada tiene sentido, que esas noticias lo demuestran. Luego todo cobra otra significación como un perfecto plan.
En relación al sin sentido-sentido de las situaciones, hoy vi Oblivion, aburrida, previsible, muy estética pero una más del montón. Lo único que pude rescatar, y le dió sentido a estas 2 hs, fue la escena donde ven una pintura, cuyo autor yo desconocía.
Es decir, la razón por la que tuve que ver este bodrio fue tal vez conocer a Andrew Wyeth, un pintor realista norteamericano (1917-2009) autor de la obra que se ve sobre el final de Oblivion "El mundo de Cristina -Chirstina’s world"
Encontré una data muy interesante sobre la composición, que comparto:
"La obra está pintada con la técnica de témpera sobre madera y puede contemplarse en el Museo de arte Modernno de Nueva York.
El artista representa a una mujer tumbada en la hierba de una colina
sin árboles y mirando hacia la lejana casa gris y el granero que se
recortan en el horizonte.
La mujer se identifica con Christina Olson, una mujer que sufría una
enfermedad degenerativa que se ha identificado como polio o el síndrome
de Charcot–Marie–Tooth.
El artista se inspiró en su casa de veraneo, desde cuya ventana vio
en una ocasión a la chica, con cuya familia tenía una buena relación de
amistad.
La modelo que utilizó para el cuadro no fue la propia Christina Olson
sino que utilizó a su mujer, Betsy Wyeth. A pesar de su aspecto la
modelo en la que estaba inspirado el cuadro, Christina Olson, tenía por
aquel entonces 55 años.
Sabemos que Cristina tenía la costumbre de dejar su silla y sentarse
en la hierba separada unos metros de su casa que ella se encargaba de
intentar recorrer con gran esfuerzo.
El título de la obra hace referencia a ese mundo de Cristina, pequeño
por sus mermadas capacidades físicas, que el pintor se encarga de
representar inmenso, como metáfora del esfuerzo que a ella le costaba
recorrer esos pocos metros.
La casa representada -conocida como la Casa Olson- se conserva en a
actualidad en la localidad de Cushing, estado de Maine y es considerada
como un Monumento Histórico Nacional que ha sido debidamente restaurado,
únicamente por aparecer en esta pintura.
Si comparamos la casa real con la que pintó el artista veremos
ciertas diferencias como la separación del granero del edificio de la
casa y unos cambios que realizó en la configuración del terreno.
El paisaje desolado, con una línea del horizonte extraordinariamente
alta, subraya la pequeñez de la persona frente al entorno que la rodea
gracias a la magnífica la distribución de volúmenes y la incidencia de
la luz.
La primera vez que se expuso el cuadro no se le prestó demasiada
atención, aunque el entonces director del MoMA, Alfred Barr, la adquirió
rápidamente.Desde ese momento el director se encargó de darle fama y popularidad a
un cuadro cuyo mito y popularidad crecía constantemente hasta llegar a
convertirse en un icono del arte americano y una de las piezas clave del
museo, pintado en una época en la que triunfaba el expresionismo
abstracto de pintores como Pollock o Rothko".
En fin, a veces no es tan malo ver malas películas...